Os presento la Lambretta de mi padre. Su ilusión siempre fue tener una moto de las gordas que, en su época, nada tenían que ver con las motos gordas de hoy. Gorda o no gorda, la cuestión es que su padre no se la compró y,claro, él a mi tampoco. Ya casado y con hijos (mi hermana y yo) se decidió y se compró este trastillo. Ha sufrido una restauración parcial, luego un semiabandono, una inundación y por fin hace un par de años una restauración bastante completa.
No me digais que no es bonita.....Ahora que ha llegado el buen tiempo he llegado a un acuerdo con mi padre: él paga el seguro de la moto y yo la gasolina, y ahora me dedico a pasearla de vez en cuando para que no se pierda.
Otro día os enseñare una moto osa de 50 c.c. del año 1955 que tenemos pendiente de restaurar.
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